domingo, 26 de octubre de 2008

Entrevista imaginaria a Teodoro Petkoff

“Roberto”, “Teódulo Perdomo”, Teodoro Petkoff Malec o, simplemente, Teo; un nombre para cada faceta: el estudiante, el subversivo, el político, el economista, el periodista. Multiforme escuela dialéctica, que insiste hasta el cansancio en la búsqueda de una verdad inédita

Este zuliano hijo de inmigrantes búlgaros ha sido una caja de Pandora. Impulsivo pero reflexivo; “manejable” y vertical, “afectuoso”, aunque “reservado”. Cuando la Junta Revolucionaria tomó el poder en 1945, el país era un hervidero, pero Teodoro Petkoff, un adolescente de 13 años, prefería recorrer en bicicleta la para entonces campestre urbanización Campo Claro, donde vivía con sus padres. Su cabeza -lejos de caliente- estaba asentada, como hoy.

En su mocedad, buena pinta, no tomador, serio y reservado, Petkoff no era nada “culo apretao”. Pero ya agitaba al estudiantado del liceo Andrés Bello. Sería la dictadura de Pérez Jiménez la que despertaría su espíritu contestario. Todavía muchacho, luchó contra ella. Pero, aún no se mostraba tan aventurero como sus hermanos Luben y Mirko.
“¿Portarme bien para que el derecho a expresarse libremente sea mediatizado?”

Veinteañero, ingresa a la Escuela de Economía de la UCV y al comunismo, que lo enfrenta con los jóvenes dirigentes de AD y Copei. Es cuando internaliza la condición de dirigente de masas. El embrión de dirigente político estaba presto a engrosar el buró político del PCV y, posteriormente, la alta dirigencia del MAS.

Freddy Muñoz, añejo amigo de luchas, asegura que siempre se comunicaba con Teo a través de la sola mirada, y recuerda:

“Es cuando comienza a escribir bien, con elegancia y fuerza, con una construcción lógica. Su capacidad de hablar y atraer se incrementa; y la capacidad para argumentar convincentemente se consolidan”.

Tanto, que, a finales de los sesenta, su libro Checoslovaquia: el socialismo como problema, decide, en gran parte, la división del PCV. Como “Roberto” o “Teódulo Perdomo” entra a la lucha armada urbana y luego combate en las montañas de Falcón, Portuguesa y Trujillo, junto con Douglas Bravo y su hermano Luben. Allí, “establece vínculos con grupos campesinos de muy poca importancia”. Muñoz considera:

“Estoy seguro de que Teodoro llegó tardíamente a la convicción de participar en la lucha armada, por la fogosidad y dificultad para comprender el avance y el fracaso de la misma”.Cuando las tendencias internas en el MAS se acentuaban, él mantenía su posición, pero se dejaba llevar por el peso afectivo del grupo.

Quienes lo conocen aseguran que siempre fue valiente, arriesgado, impulsivo y, aunque parezca contradictorio, reflexivo; ambivalencia compatible para que su trayectoria no fuera más accidentada de la cuenta.

Rebelarse contra Betancourt -y fugarse de una cárcel en los regímenes adecos de los sesenta-, era un riesgo con visos de suicidio. Logró evadir una vez la estricta vigilancia del Hospital Militar y otra la férrea cerca del cuartel San Carlos, a través de un túnel; el último escape, en 1967, lo mantuvo en la clandestinidad, hasta que en 1969 se afilia a la pacificación.
Pompeyo Márquez, su “hermano” desde 1948, revela:

“En tiempos cuando coordinábamos la escapada, Teodoro le insistió al comandante del cuartel que lo colocara en la misma celda mía, hasta que finalmente lo hizo, lo que significó que, fraternalmente, compartiéramos la fuga”.

Osado, pero “influenciable” según algunos amigos; “más bien lo utilizan a través de los sentimientos”, dice otro viejo compañero de partido, que recuerda:

“Cuando las tendencias internas en el MAS se acentuaban, él mantenía su posición, pero se dejaba llevar por el peso afectivo del grupo”.

Del mismo modo, se deja enlazar matrimonialmente, en cuatro oportunidades: Aurora Martínez, Beatriz Rivera, Mariuska Rivas y, actualmente, Neujim Pastori. Una curiosidad: “Teodoro nunca invitaba a nadie a sus matrimonios”. Estricta intimidad que aplica a otra serie de selectos romances, durante su época dorada en el MAS. También trasciende las fronteras internacionales, a través de su relación con Dalita Navarro, hoy esposa del ex presidente Belisario Betancourt, o con una búlgara que le dejó algo más que un simple recuerdo. Como sea, prohíbe cualquier denigración de esta parte del género humano que le ha brindado siete hijos.

El segundo gobierno de Caldera es su prueba de fuego latente; como jefe de Cordiplan dirige la harto inculpada Agenda Venezuela, calificada de “paquete neoliberal” que “nos haría ir bien, estando mal”. Una excepción que confirma la regla de su carácter indoblegable. Un amigo desde los sesenta diagnostica:

“Nunca está de acuerdo con nadie, Teodoro practica permanentemente una especie de ejercicio dialéctico para conseguir un motivo de confrontación. Es lo que los franceses llaman el Elan, un leit motiv que nunca da por terminada una discusión”.

Contrariamente, “si Teodoro rompe relaciones con alguien es para siempre”. Sea el economista y ex presidente de la Copre, Carlos Blanco -con quien mantiene una relativa rivalidad desde la época de la UCV-, José Vicente Rangel, por razones obvias, o el contralor Clodosbaldo Russián, que le acompañó en la Isla del Burro. Hasta un alto dirigente del MAS perdió la gracia del líder al hablarle mal de un amigo común. Igual, llora inconsolablemente la muerte de un amigo, como sucedió con el aspirante a la gobernación del Zulia, Luis Hómez. La gravedad de voz de Pompeyo Márquez se enternece:

“Siempre tuvo un carácter fuerte, pero se ha sosegado mucho y se controla rápidamente; es un gran luchador social, uno de los políticos más cultos y preparados, leal, amigo excelente y fraterno”.

Decepcionado, abandona el MAS por apoyar al actual presidente, e inicia el combate periodístico en El Mundo. Las presiones gubernamentales afloraron rápidamente. “El gobierno ha venido extorsionando a la familia Capriles López para forzar un cambio en la orientación en El Mundo”, denunció. Ignacio Arcaya, para entonces ministro del interior, lo consolida como centro de polémica y precisa: “El problema es Teodoro”, mientras José Vicente pontifica: “Es que Teodoro no ayuda”. El concluye: “¿Ayudar cómo? ¿Portarme bien para que el derecho a expresarse libremente pudiera ser mediatizado sin que nadie se diera cuenta y sin costo alguno para el gobierno?”

Al poco de consumarse la treta oficial, Petkoff funda Tal Cual, donde reinicia el reto –y riesgo- de confrontar al presidente Hugo Chávez (“Hola Hugo”, editorializa con sarcasmo). A pesar de esta confrontación, admite que el 11 de abril le dieron “ganas de vomitar, viendo a esa partida de hijos de puta creyéndose dueños del país”.

Su origen judío le refuerza el sentido de la justicia en compromisos monetarios –quizás eso explica su indignación ante señalamientos por corrupción-.; verbigracia la situación de Tal Cual durante el paro de 2003, que obligó a reducir la nómina y fueron pagadas todas las prestaciones sociales. Llama la atención su sensibilidad ante el dolor de los demás. Un ex masista evoca:

“En la campaña presidencial de 1988 fuimos al Zulia y la dirigencia regional del MAS lo quería ubicar en el Hotel del Lago, mientras al resto de sus compañeros los alojarían en las casas del partido; entonces él exigió que o todos en el hotel o en la casa del MAS... nunca olvida un nombre”.

De hecho -como una lección aprendida en los tiempos de la división del PCV, cuando era minoría- Petkoff denota “una especial consideración para que los grupos pequeños no queden marginados”.
Pero es duro e impredecible si de su vida privada se trata; así fueron su virulentos reclamos a Ben Amí Fihman y Miguel Henrique Otero. Dicen que eso, más la difamación sobre el tren de El Encanto, le estimuló la costumbre de no hablar mal de propios y extraños; un compañero de luchas va más allá:

“Si hablan mal de alguien delante de él, calla; tiene unos sentimientos muy reservados y una coraza que le impide demostrar sus afectos...”

Con el paso, -y el peso- de los años, Teodoro Petkoff, se muestra sereno; si antes denigraba de la derecha, ahora es más indulgente. Su familia -único refugio sin riesgo aparente- lo percibe como un hombre “bastante fuerte, más en su interior que físicamente”. Agnóstico, de escasos vicios y risas, en medio de los platos criollos de su preferencia, la compañía de sus diez nietos y el resto de la parentela le producen carcajadas sonoras, “que lanza con bastantes ganas”, reconoce su nieta Camila, quien anhela:

“Admiramos su trayectoria, aunque haríamos cualquier cosa por modificar su parte reservada, y que se abriera más con nosotros sobre lo que le afecta personalmente”.

Candidato tres veces –dos a la presidencia (1983 y 1988) y una a la alcaldía de Caracas (1989)-, Teodoro Petkoff Malec, a los 74 años, se la juega todas y asume el riesgo de medirse electoralmente frente a Hugo Chávez (rival hasta en sus contactos con Lula Da Silva y Michelle Bachelet). Para unos es posible, otros lo dudan; pero Teo pareciera insistir en aquello de que “quien nada arriesga, ni gana ni pierde”.

Teodoro Petkoff Un Hombre de Intachable Trayectoria

Un Zuliano impulsivo y reservado que insiste hasta el cansancio en la búsqueda de la verdad, comenta con gran alegría que siempre le ha gustado llevar su vida correctamente y aunque a veces no es fácil siempre se ha mantenido firme en todo lo que realiza.

-¿Cómo fue su vida de adolescente?
- Esos tiempos fueron importantes para mí, porque la Junta Revolucionaria tomó el poder en 1945 y todo era muy movido, fuerte, pero yo siempre recorría en bicicleta los lados de Campo Claro donde yo vivía con mis padres y me centraba mucho en disfrutar sanamente con mis amigos, estudiar mucho para conseguir mis metas aunque no cesaba de luchar por la libertad de expresión.

-¿Cuando ingreso a la Escuela de Economía de la U.C.V., ¿qué lo llevó a ser dirigente del P.C.V.y del M.A.S.?
-Bueno, eso fue unas de las cosas que tuve que internalizar y enfrentarme a jóvenes dirigentes de AD y COPEI, eso me llevó a centrarme más y darme cuenta que si quería a ser dirigente de masas y eso me ayudó mucho a seguir adelante.

-¿Teodoro, se considera Ud. con lo que han descrito algunos de sus compañeros de lucha “manejable”?

-He aprendido mucho a alejar los sentimientos de mi lado, y si era muy manejable por la amistad, por el compañerismo, como me pasó en el M.A.S. que las tendencias internas se acentuaba y yo me mantenía en una sola posición. Pero la vida te enseña cómo te tienes que manejar en estos medios políticos económico, en fin en todo.

-Con el combate periodístico donde defiende la libertad de expresión y fundas TAL CUAL, ¿por qué confrontar al Presidente y repudiar los hechos del 11A?

-Por qué no puedo pórtame bien para que el derecho a expresarme libremente pueda ser mediatizado sin que nadie pueda darse cuenta, pero no aplaudo, más bien repudio el gran show de esa partida de ignorantes creyéndose dueños del país.

Noticia

La Intachable Vida de Teodoro Petkoff

Estudiante, subversivo, político, el periodista de multiforme escuela dialéctica. Desde muy joven sus ideales de una libertad de expresión real lo ha llevado a seguir a adelante, a luchar contra la mediatización y a repudiar actos como los ocurridos en el 11 de Abril.
Quienes lo conocen aseguran que siempre fue valiente, arriesgado, impulsivo, y aunque parezca contradictorio, reflexivo. Teodoro Petkoff, ha sido un dirigente natural, fundador del DIARIO TAL CUAL en el que se ha mantenido como un hombre correcto y reservado. Asimismo, es protagonista de diferentes actuaciones conflictivas dentro de la política actual, lo que lo ha llevado a ser titular de diferentes diarios. Teodoro Petkoff, no puede pasar desapercibido cuando se habla de periodismo o política en el país.

A medida que pasan los años, Teodoro Petkoff, se muestra más sereno, se mantiene más indulgente, pasa mucho más tiempo su la familia y disfruta con risas en el rostro los momentos que sus nietos e hijos le ofrecen sin dejar a un lado su profesión y su lucha por un país libre.

DESIREE PACHECO
Periodista imaginaria de El Universal
Estudiante de 7mo semestre Comunicación Social
Aldea Universitaria "José Agustín Marquiegui"
UD3 - Caricuao
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1 comentario:

maria carnicero dijo...

Buen trabajo muchacha!!!