Redacción: Judith Casanova
Fotos: Dr. Saúl Matos
En el auditorio del Inces Metropolitano, ubicado en el sector CC2 de la parroquia Caricuao se realizó un acto en solidaridad con el Convenio Cuba-Venezuela, donde se hicieron presentes todos los médicos, enfermeras y personal de la salud venidos de La Habana, Cuba y quienes durante más de 5 años se han dedicado en cuerpo, alma y corazón a mejorar las condiciones de salud de los venezolanos, en este caso especial, de los habitantes de la parroquia Caricuao. Durante la actividad, muchas personas que han sido atendidos por los médicos cubanos quisieron rendirle un homenaje, haciendo público testimonio de la atención recibida. Muchos consejos comunales de la parroquia se concentraron en el auditorio para manifestar su respaldo a la presencia de los módulos de Barrio Adentro, los CDI, los centros de alta tecnología, los clubes de abuelos, que tanto han beneficiado a las personas de la tercera edad. Una de las jóvenes médicas leyó un escrito que impactó a muchos de los reunidos en el auditorio del Inces: la lectora se refirió a la manera en que comenzaron su misión en el país, salvando escollos y expuestos al escarnio público por la oposición y sin embargo, ellos (as) se mantuvieron en sus trincheras de trabajo, en los cerros, protegidos por algunas familias que prestaron sus hogares para que ellos pudieran comenzar sus labores con los niños enfermos, los ancianos y muchas personas que estaban desasistidas y que no podían acudir a un hospital ni tenían las medicinas que necesitaban para mejorar sus males. Su participación en la misión José Gregorio Hernández ha sido preponderante para mejorar las condiciones de vida de los discapacitados, quienes están siendo tomados en cuenta, como parte del proceso de inclusión del gobierno del presidente Chávez.
En el auditorio del Inces Metropolitano, ubicado en el sector CC2 de la parroquia Caricuao se realizó un acto en solidaridad con el Convenio Cuba-Venezuela, donde se hicieron presentes todos los médicos, enfermeras y personal de la salud venidos de La Habana, Cuba y quienes durante más de 5 años se han dedicado en cuerpo, alma y corazón a mejorar las condiciones de salud de los venezolanos, en este caso especial, de los habitantes de la parroquia Caricuao. Durante la actividad, muchas personas que han sido atendidos por los médicos cubanos quisieron rendirle un homenaje, haciendo público testimonio de la atención recibida. Muchos consejos comunales de la parroquia se concentraron en el auditorio para manifestar su respaldo a la presencia de los módulos de Barrio Adentro, los CDI, los centros de alta tecnología, los clubes de abuelos, que tanto han beneficiado a las personas de la tercera edad. Una de las jóvenes médicas leyó un escrito que impactó a muchos de los reunidos en el auditorio del Inces: la lectora se refirió a la manera en que comenzaron su misión en el país, salvando escollos y expuestos al escarnio público por la oposición y sin embargo, ellos (as) se mantuvieron en sus trincheras de trabajo, en los cerros, protegidos por algunas familias que prestaron sus hogares para que ellos pudieran comenzar sus labores con los niños enfermos, los ancianos y muchas personas que estaban desasistidas y que no podían acudir a un hospital ni tenían las medicinas que necesitaban para mejorar sus males. Su participación en la misión José Gregorio Hernández ha sido preponderante para mejorar las condiciones de vida de los discapacitados, quienes están siendo tomados en cuenta, como parte del proceso de inclusión del gobierno del presidente Chávez.
Médicios cubanos
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